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Maxi Grabiel y Pablo Lijó llegaron al Madrid Challenger como cabezas de serie número dos y con grandes dosis de esperanza para conseguir algo importante.

Su condición de pareja número dos les dejó exentos de primera ronda y comenzaron la competición en octavos contra Cristian Calneggia y Salvador Oria (6-2 y 6-2). En cuartos de final se cruzaron con Borja Yribarren y Adrián Blanco (6-2 y 6-3).

En semifinales les esperaba una joven pareja formada por Javier Rico y Jorge Nieto que está desarrollando un juego repleto de agilidad y buenas maneras. Las tormentas que castigaron la capital durante todo el sábado hicieron imposible la disputa de las semifinales y su aplazamiento para la mañana del domingo.

Las semifinales contra los jóvenes Javier Rico y Jorge Nieto fueron muy igualadas, en dos horas y nueve minutos Maxi Grabiel y Pablo Lijó dieron cuenta de esta pareja de la que no tenían muchas referencias de juego. Al final, ya cerca de las tres de la tarde, lograron el paso a la deseada final por 6-3, 1-6 y 6-3.

Con apenas tres horas para recuperar y enfrentarse a su primera final de la temporada, Maxi  Grabiel se dio una ducha rápida, comió en casa y durmió una hora de siesta. “A priorí creía que iba a estar un poquito peor físicamente. El partido de semifinal fue duro y el calor influyó bastante en el cansancio. En los primeros juegos me encontré un poco tieso, supongo que también por los nervios, pero después me fui soltando y fenomenal. Sí es verdad que cuando termina el partido y aflojas la adrenalina, terminas muy cansado. Es lo que toca cuando tienes que jugar dos rondas en la misma jornada por las inclemencias meteorológicas”, aclara Maxi Grabiel.

A las 18:06 de ayer domingo comenzó la final contra Uri Botello y Javier Ruiz. “Sabíamos que iba a ser un partido muy duro, en el anterior torneo ellos nos ganaron por 6-3 y 6-2, el mismo resultado que nosotros conseguimos en la final de Madrid. Entre el cansancio y los nervios no arrancamos bien y nos rompieron el servicio a las primeras de cambio; lo vimos un poco negro. A partir de ahí nos empezaron a salir mejor las cosas, adaptándonos al molesto viento. A ellos también se les notó el cansancio de las semifinales de la mañana. Logramos romper su servicio de manera rápida para mandar en el primer parcial. Fue clave la adjudicación de este primer set, allí ellos bajaron los brazos, nosotros seguimos con la misma intensidad, tratando de tirar bastantes globos, ya que estaba complicado para despacharlos con solvencia, nos dio resultado”, describe Maxi.

Haciendo balance de los dos últimos torneos, el jugador del Vibor-A Team asegura: “La mejoría en nuestro rendimiento en los dos últimos torneos creo que es debida principalmente a una cuestión competitiva, de cabeza. Hemos logrado trasladar a la competición todas las cosas positivas que estábamos consiguiendo en los entrenamientos”.

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