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En todos los partidos el rival nos hace puntos porque, simplemente, no nos hemos estado compenetrados con nuestra pareja. En unas ocasiones por falta de comunicación, en otras por falta de confianza y en algunas se junta todo y, por no saber dónde está nuestro compañero, acabamos precipitándonos y fallamos.

Normalmente tratamos de jugar en paralelo con nuestro compañero. Si uno sube, el otro también. Si uno se queda atrás, el otro también. Todo esto salvo cuando jugamos en la red y el que cubre el centro se queda un paso por detrás, o cuando los puntos se aceleran y el rival os pilla “cagando”, con uno arriba y el otro indeciso, sin terminar de subir a la red, por si le juegan una bola cuando está en mitad de la pista. Incluso, en algún momento puntual, cuando el partido pinta mal, se opta por jugar con uno arriba y otro atrás.

La cuestión es que, si de normal ya nos cuesta jugar compenetrados cuando estamos en paralelo y no tragarnos alguna bola, cuando hay uno que ni ve al compañero, se vuelve todo un poco caótico.

Son situaciones donde hace falta comunicación, pero también unos automatismos. Por muy buena comunicación que tenga la pareja durante el partido, hay situaciones que ya debéis saber cómo afrontar sin decir ni una palabra o, por lo menos, las mínimas posibles.

Y es que no es lo mismo cantar la posición del rival que “si ves que no llegas, yo estoy atrás, me cruzo y tú cambias de lado, yo tiro un globo e intento subir pero cuidado, porque si se me queda corto te quedas vendido”.

Son situaciones que pasan bastante, de forma rápida y que no nos da tiempo decidir en el momento. Estás pegado a la red y, como tu compañero se ha quedado atrás, le gritas que vaya él pero, ¿y si el globo va a tu rincón? El problema es que tú sabes que tu compañero se ha quedado atrás pero, ¿dónde? El que se queda en el fondo de la pista el que debe valorar si llega o no, pero debe hacerlo con suficiente antelación como para avisar al jugador que está en la red. ¿Por qué? Para que el jugador que está en la red no se precipite y se juegue forzado el punto porque si la bola le pasa no llega.

Es muy importante avisar al compañero con tiempo de lo que vas a hacer cuando él no te tiene en su campo de visión. No puedes decir “como no va a llegar voy yo”. No, pídela antes de que tu compañero arme el golpe o vaya a por la bola, para que no la intente pasar como pueda o acabéis yendo los dos a por ella y dejéis totalmente vacío el lado contrario. Y es que, en ocasiones, si el compañero no te ve es como si no existieras, llegan los nervios y se tira a por la bola como si no hubiera un mañana, la caga y de pronto ve que su compañero estaba al lado con la pala preparada, con cara de incredulidad mientras dice “pero si llegaba yo de sobra”.

Trata de hablar con tu compañero antes del partido de cómo actuar en esas situaciones en las que uno, o los dos, pierde la posición en pista y cómo cubrir ciertas bolas.

No solo se trata de hablar quién cubre el centro, eso es lo básico. Hay más situaciones conflictivas a las que deberemos adaptarnos sobre la marcha, por eso es importante seguir unas pautas que hayamos marcado con nuestro compañero y tratar de comunicarlas de forma breve y concisa.

Si el compañero que está en el fondo de pista cree que va a llegar a una bola, por ejemplo, que va a la espalda del que está en la red, puede optar por cantar un “cambia” para cruzarse y que el jugador que está en la red la deje pasar y se cambie de lado.

Para el jugador que está delante y no ve al compañero es muy difícil tomar una decisión, tiene que confiar en el criterio de su compañero. No puede decir “como no llego canto ¡tuya! y ya te apañas tú”. No, en ese caso, si el jugador que está fuera de tu visión no te canta nada debe ser porque no puede llegar a esa bola y te las tienes que apañar tú. Salvo, repito, sea una jugada que ya tengáis hablada y sepáis quién tiene que ir. Es algo común, por ejemplo, cuando al jugador que saca desde el drive le tiran un globo a mitad pista a su revés que sea el jugador de revés el que entre a por esa bola. Son cosas que hay que tener claras antes de un partido y reforzarlas con una comunicación fluida durante este.

Un ¡mía!, un ¡cambia! parece muy simple pero debe llevar un trabajo detrás para evitar perder puntos por no estar compenetrados. No grites a tu compañero porque no te ha dejado una bola a la que llegabas bien, si vas tú, ¡pídela!

*Foto de World Padel Tour

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