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Ya de por sí que te hagan la nevera es algo que da rabia. Luego están las cosas molestas que el rival hace durante el partido, pero ya si encima se junta con una nevera toca mucho los ……. (rellena los puntos suspensivos según el grado de enfado)

Para empezar el hecho de que empiecen a hacer la nevera desde la primera bola. Aún no has empezado a calentar y a ti o a tu compañero ya le llueven bolas por todos lados mientras el otro ya ha tocado toda bola que le toca en ese partido, la del calentamiento.

Luego, no contentos con eso, te roban bolas, total, ya puestos… Un saque por aquí, una bola que toca el cristal por allí. Y llévales la contraria, que encima se hacen los ofendidos. Es curioso cómo pueden ver una bola dudosa desde la otra punta de la pista pero no una debajo de sus narices. Esto suele ir muy ligado al resultado del partido, si va muy igualado de repente empiezan las bolas “dudosas”. Y es que hacer un neverazo y perder no queda muy bien.

Pero no contentos con robar bolas, también te roban puntos. ¿Que vas ganando un juego 0-30? “Nada de eso”, te dicen que han ganado un punto, y cuando le preguntas qué punto la respuesta es “No lo sé, pero hemos ganado uno”. Además, siempre te lo dicen con un tono amable, conciliador y amistoso… (nótese la ironía en esta última frase).

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Además entre punto y punto se suelen tirar un buen rato hablando, incluso salen de la pista a beber cada dos por tres. Pobrecitos, si es que jugar un dos contra uno da mucha sed. Igual que es necesario hablar entre ellos cada vez que vas a sacar, ¿de qué, de la táctica?¿pero si no hacéis más que tirar a uno?¿de qué tienen que hablar, del buen día que hace hoy, de lo que han comido, del último capítulo de Juego de Tronos?

Lo más gracioso es cuando discuten entre ellos, y ¿por qué? por tirarle una bola al que no tocaba. Válgame Dios, ¡que le corten la cabeza! ¡cómo osa repartir juego a los dos rivales!

También suele ser muy habitual que, aunque haya terminado el partido, se juegue otro set y no contentos con el neverazo que han hecho, también lo repitan en este. Es en ese momento cuando el que no ha tocado bola decida irse a la ducha y luego al bar, para así al menos hacer ejercicio empinando el codo.

Pero si hay algo que odio por encima de todo es esa sonrisa falsa que te ponen al final del partido, cuando han sido unos bordes desde el principio, y te dicen “bien jugado”. Eso y que luego saliendo de la pista te vengan y te digan “cuando queráis volvemos a jugar”. Pues mira, va a ser que no. Y tú por intentar ser educado te muerdes la lengua, eso o que tu compañero te saque de allí a rastras antes de que le digas cuatro cosas.

Si en vez de pensar tanto en ganar, lo hicieran en disfrutar del partido, qué diferente serían las cosas, porque un partido así no hay quien lo disfrute.

*Foto de World Padel Tour

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