Compartir

Durante el pasado World Padel Tour de La Nucía, estuvimos conversando con Agustín Gómez Silingo, uno de los mejores y más carismáticos jugadores, que nos hizo un recorrido por su carrera desde que vino a España por primera vez, hasta hablarnos de lo que espera que le depare el futuro en el mundo del pádel.

elneverazo: Hola, Agustín. Me parecería muy interesante, si te parece bien, que nos hicieras un recorrido de tu carrera desde que dejaste Argentina para venir a jugar a España.

Agustín Gómez Silingo: El primer año que vine a España ya a competir en el circuito fue el 2.004. Vine poco tiempo porque por entonces no había muchos torneos. Venías 3 ó 4 meses para hacer la temporada de verano, que era cuando más torneos había, para poder jugar una mini-gira y jugabas 5 ó 6 torneos y te volvías. Ya en 2.005 vine más tiempo y en 2.006 vine a competir todo el año y, a partir de ese año, ya sabía que quería estar acá. Me dejé los estudios y vine acá a probar si podía vivir de esto y si no podía, me volvía y seguía con mis estudios y seguía jugando el circuito de allá. Dentro de todo, salió bien y pude hacerme una carrera con el paso del tiempo.

EN: Tú vendrías con unos 20 años… ¿No? ¿Y con qué pareja viniste al principio?

AGS: Vine con 20 años, sí. El primer año vine con Dani Sandoval, un chico que jugaba conmigo desde un año antes en Argentina. Yo había querido venir un año antes con Juanma Rodríguez, que era el compañero con el que más años jugué, fueron 10 años, y con el que creo que más títulos conseguí hasta llegar a España. Ganamos 3 Mundiales de menores siendo pareja 1 de Argentina… Y me hubiese gustado venir en 2.003 con él, pero él estaba muy metido en el estudio y lo quería posponer un poco. Ya en 2.004, cuando vi que Juanma no tenía intención de venir, cambié de compañero y nos vinimos a probar suerte.

Agustín Gómez Silingo

EN: Al principio, ¿notaste muchas diferencias de juego entre aquí y allá?

AGS: Las diferencias son abismales. Nosotros acá tuvimos que volver a aprender a jugar al pádel. Jugar al descubierto, pistas diferentes, paredes diferentes… Era otro pádel. En Argentina estabas acostumbrado a jugar un punto a 4 ó 5 bolas y acá tenías que jugar 10 ó 15 bolas, correr, pasar, aprender tiros nuevos, aprender a moverte diferente… Acá, yo me acuerdo que al principio te movías como te movías en Argentina y te caías. Acá, por ejemplo, hay que pensar que muchas veces una bola plana corre más que una cortada y en Argentina, no… Entonces hay que amoldarse. Si tenés la capacidad de amoldarte es cuando puedes hacer algo acá y si no… Volvés a Argentina y seguís jugando, pero es un proceso lento.

EN: ¿Los primeros resultados cuando y con quien llegaron?

AGS: El primer resultado fue el primer año, con Dani Sandoval, que metimos semifinal en Marbella después de jugar 11 partidos, porque veníamos de pre-previa. Y, por esa semifinal, nos quedamos fuera del torneo de Reserva del Higuerón porque teníamos que jugar la pre-previa el mismo día de la semifinal. Pero esa primera semifinal lo compensaba. Y lo bueno fue que ese primer año de sufrimiento de pre-previas, al año siguiente, ya en 2.005, creo que solo tuve que jugar 2 torneos de previas y ya después entraba a cuadro directo. Hoy gran parte de lo que pasa es que las previas están tan duras que hay muchos jugadores muy buenos que les cuesta mucho llegar a meterse en cuadro. Claro, tienen que jugar 5 ó 6 partidos. Antes, además, la primera y la segunda ronda se jugaban el mismo día. Pero venías con 20 años, con mucha emoción y te podían hacer jugar 8 partidos seguidos y los jugabas. Algo que cuento siempre, que es una anécdota que divierte a la gente cuando la cuento, es que yo no tengo memoria de cuando venía a jugar esos torneos, decir “tengo que comer un plato de pasta, una pechuga de pollo…”. Entonces, jugabas un partido, te comías un paquete de patatas y una Coca-cola y entrabas a jugar otra vez como si nada. Y hoy, yo creo que ninguno de los jugadores puede jugar sin una dieta estricta. No me preguntes cómo jugábamos.

Agustín Gómez Silingo

EN: Además, en Argentina, es más común jugar varios partidos en un día…

AGS: Claro, nosotros jugábamos de viernes a domingo. Primera ronda viernes, octavos y cuartos, sábado, semifinal el domingo y final por la tarde. Veníamos acostumbrados a un ritmo de partidos de locos. Pero también es cierto que allá los partidos son más rápidos porque también las pistas son más rápidas y es más difícil tener que trabajar un punto.

EN: ¿Los primero años tuviste que adaptarte mucho entonces?

AGS: Yo sé que me tuve que adaptar mucho los primeros años, pero fue una adaptación 50% consciente y 50% inconsciente, porque yo sabía que tenía que adaptar un montón de cosas, pero no tenía dinero para poder entrenar acá. Hasta el 2.007, que fue el primer año que tuve un entrenador, nosotros entrenábamos jugando partidos. No teníamos como para pagar un entrenamiento físico y un entrenamiento de pádel. Por una parte, cambiamos conscientemente porque sabíamos que teníamos que cambiar cosas, pero el otro 50% fue inconsciente, porque no teníamos a nadie que dijera “mira hay que hacer esto, lo otro…”.

EN: ¿Qué pasó en 2.007 para dar ese paso?

AGS: En 2.007 volví a jugar con Juanma Rodríguez, pero ahí ya teníamos algún patrocinadores. No espectaculares, pero sí que te daba para tener algún dinero al mes, pagar un alquiler y pagar un entrenamiento. Antes, reservabas todo para el alquiler o los hoteles. Por ejemplo, nosotros, los primeros 2 años no alquilábamos apartamentos. Íbamos a los torneos y sacábamos una habitación entre 5… Te metías en una habitación de otros jugadores porque no la podías pagar, dormías en la playa, en un coche… Claro, porque venías con unos 300 euros para 4 meses y los estirabas como un chicle. Y el problema era que si no entrabas a cuadro -que en ese momento se cobraba 50 euros por entrar a cuadro- y llevabas 4 días compitiendo y te habías gastado 250, tenías la presión de tener que hacerlo bien porque del único lugar de donde sacabas dinero para seguir durante la temporada era de ahí. Entonces, claro, era como un león al que le dabas un pedacito de carne: corrías lo que hiciera falta. A partir de 2.007, conseguís un patrocinador, te empezás a acomodar un poco… Alquilás un apartamento entre 7, pagas 150 euros cada uno, un entrenamiento de 200 euros y, más o menos, te vas acomodando, pero los primero 3 años fueron…

Agustín Gómez Silingo

EN: El siguiente salto de meterte a nivel de Masters, ¿cuándo fue?

AGS: Eso fue en 2.008. A raíz del 2.007, que nos fue muy bien con Juanma, en 2.008 empecé a jugar con Maxi Grabiel y ya ahí nos pusimos pareja 6 ó 7 y ya ganamos campeonatos, hicimos semifinales en el Master… Fue mi primer año entre los 8 y fue muy bueno. En 2.009, con Maxi, tuvimos un bajón muy grande. Si bien no nos salimos de los 8 y jugamos Master, no nos fue bien, no jugamos cómodos, no era la misma pareja de antes y en 2.010 volvimos a remontar. Empezamos ganando en Madrid, semifinales en Barcelona, y me vino la propuesta de Gaby Reca para jugar con él a partir de 2.011. Me lo planteé, fue un poco “que sí, que no”… Gaby era pareja 3 en ese momento y decidí jugar con él a mitad de año. Ahí, con Maxi, las cosas no estuvieron muy bien, pero lo que es increíble es que prácticamente no nos hablábamos pero jugamos bien y conseguimos resultados. En 2.011 y 2.012 jugué con Gaby y nos fue bien, ganando algunos torneos y jugando finales, jugando bien… Yo después tuve un problema personal que me hizo tener la cabeza en el pádel, pero también fuera. Yo sentía que estaba para competir, pero realmente me daba cuenta de que no. Era inconsciente, pero no estaba al 100%. Eso me llevó un tiempo, unos 2-3 años hasta poder salir de ahí y volver  a jugar bien.

EN: Estos jugadores que comentas -Reca, Grabiel…- son jugadores muy técnicos. Diferentes a ti incluso físicamente.

AGS: Sí, claro, así es como se suele compaginar bien una pareja. Generalmente, el jugador de derecha es un jugador más técnico, más talentoso, más trabajador. Y el jugador de revés es el que tiene que definir, tomar más riesgo, hacer más desgaste físico… Eso fue siempre así, salvo que juegues con un jugador que sea zurdo, muy agresivo, como puede pasar con Bela y Lima, que son dos jugadores muy agresivos y que ganan muchos puntos los dos.

EN: Si me dejas, doy otro salto más en el tiempo. Desde hace un año, o año y medio, entrenas a jugadores también. Jugadores buenos, que incluso te pueden ganar. ¿Cómo has llevado esa transición? Entrenas a Stupaczuk y Di Nenno, a Marta Ortega…

AGS: Lo de Franco y lo de Martín fue una propuesta de mi entrenador argentino, Sebastián Mocoroa, que los estaba entrenando. Él fue mi entrenador de toda la vida y fue una propuesta de él de entrenarlos en conjunto. Él allá y yo acá y si es cierto que cuando llegaron jugaban muy bien, pero tenían que jugar previas y era un poco empezar de cero y a mí la idea me gustó. Me gustó hacerlo con Seba, que es un gran amigo mío, me crié jugando con él. Él me enseñó a jugar al pádel, entonces tengo su misma metodología. Y por eso me los mandó, porque no quería que salieran de esa metodología. Se vio que a los chicos les iba bien, a mí me gusta, y me gustó desde un primer momento, pero siempre estuvieron las cosas claras: yo aún tengo carrera profesional por delante y siempre mi carrera va a estar delante de cualquier otro entrenamiento con otro jugador. Eso quedó claro desde el principio, es algo que tengo claro, que puedo seguir compitiendo como estoy compitiendo ahora y hasta que no vea que no puedo hacerlo, eso no va a cambiar. Ellos lo aceptaron, y a día de hoy lo aceptan. Ellos saben que si les tengo que cancelar un entrenamiento porque yo tengo que entrenar, se cancela, se busca otro momento, pero lo primero es lo mío. Y con Martita pasó lo mismo. Tengo muy buena relación con la familia de Martita y con ella y ellos saben que lo primero es lo mío y que, así y todo, les voy a dar todo lo que esté a mi alcance para que mejore y que le vaya bien,  pero yo no lo tomo como una etapa. Es un momento, más que una etapa. Será una etapa cuando deje de jugar, porque ahora no es el momento para dedicarme de lleno a eso. Sí que me ha servido para darme cuenta de que realmente me gusta y lo puedo hacer bien.

Agustín Gómez Silingo

EN: Ahora, si me dejas, un último salto temporal, hacia el futuro. Tu idea es seguir siendo pareja top-8, porque top-4, ¿lo ves demasiado optimista?

AGS: No, no. Yo creo que con Adrián empezamos bien el año. El objetivo era meterse entre las 4 porque estábamos muy cerca, siendo pareja 6, pero se tienen que dar muchas cosas. Que haya enfrentamientos directos, de los que se dieron, aprovechamos solo uno, que habría que haber aprovechado más… Pero no me preocupa. Estar entre los 8 sí que es muy importante. A mí me tocó estar, salir, volver a entrar… No soy una persona que mira el ranking individual, sí como parejas, que es lo que te hace estar en las 8. Y las cosas van pasando. Yo, en estos últimos 4 años, pasé momentos espantosos, que van pasando y de esas cosas se aprende que cuanta más ansiedad es peor. Las cosas vienen si tienen que venir y lo único que podés hacer es lo que está a tu alcance para facilitarlo. Yo me lo tomo con tranquilidad, hoy estoy mejor que hace un año o dos, sobre todo en mi casa, con mi mujer, que fue la tuvo ese problema y fue la que hizo que yo pudiera seguir jugando. Porque, sinceramente, en ningún momento pensé dejar de jugar, pero quería estar en casa, con ella, y ella fue la primera que me dijo “no, a jugar” y me hizo salir de ese momento malo en el que estábamos.

EN: Muchas gracias y, como último apunte, se agradece que haya un jugador tan expansivo por redes sociales como tú, que se tome las cosas con humor…

AGS: Sí, esto es muy chico. Si no es así, no se puede estar.

EN: Muchas gracias.

AGS: Gracias a ustedes.

1 Comentario

Dejar una respuesta