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¿Quién no se ha venido arriba en algún partido de pádel y ha intentado hacer algún golpe que claramente le viene grande?

Acabas de ver un partido de World Padel Tour y ves a Juan Martín Díaz haciendo alguna de las suyas. Ese mismo día tienes partido y te envalentonas y te dices, ¿por qué no voy a poder hacer un puntazo así yo?

Comienzas a jugar y, en una de esas, te viene la bola y en tu cabeza lo tienes claro. Visualizas el puntazo que te vas a marcar y cómo vas a dejas a todos con la boca abierta… pero no. Del dicho al hecho hay un trecho y, lo que en tu cabeza era una obra de arte, en la realidad acaba en tragedia.

Aquí van algunos ejemplos de nuestras locuras favoritas… que nos han contado.

A la hora de rematar, ves que algunos profesionales arquean mucho la espalda y tú, que culo ves y culo quieres, les imitas. No sabes porqué, pero lo intentas y te dices arquea la espalda, arquea, arquea, arqaaahhh, ambulancia, ¡ambulancia!, ¡una ambulancia! Si es que no estás para esas cosas.

El rival tira un globo alto al drive y lo ves claro. Ahora voy corriendo desde el revés y hago un remate en suspensión y me traigo la pelota a mi campo. Así dicho mola mucho, pero cuando vas todo emocionado a rematar, le das todo convencido a la bola y lo único que logras es darle un pelotazo en la espalda a tu compañero, que se había agachado para que remataras, lo único que consigues es que todo el mundo se ría, menos el que se ha llevado el pelotazo.

A veces, para emular a los profesionales, nos falta medir y saber donde estamos en cada momento. Por ejemplo, cuando el rival remata para traerse la bola a su campo y tu vas corriendo. Llegar llegas a tocar la bola pero, como te quieres lucir, intentas hacer una dormilona. Enganchas la bola y… bota en tu campo sin haber botado en el del contrario. Vaya, si me he quedado a medio metro de la red cuando he golpeado la bola.

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Hay gente que tiene facilidad para sacar la bola por la puerta, sí, pero a alguno habría que explicarle que primero tiene que botar la pelota dentro de la pista.

A veces, venirse arriba puede salir muy caro. De tanto ver a gente sacar la bola x3 de revés, alguno que otro lo ha intentado y lo único que ha conseguido sacar es su hombro de sitio. Y no con lesión, pero también acabar con dolor por ir a hacer una willy y al ir a golpear… darle a pelotas no reglamentarias, por decirlo suavemente.

¡Qué daño ha hecho el juego exterior de la pista! Sale la bola x3 y tú te quieres lucir, pero no has contado con la puerta y… pasas de estrella a estrellado. ¡Puertas más anchas para poder salir! Así no hay quien se luzca.

A veces nos crecemos e intentamos cosas que están fuera de nuestro alcance y lo único que conseguimos es hacer el ridículo pero, ¿y si sale?

*Foto de World Padel Tour

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