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¿Estás harto de perder partidos? ¿Llegas a casa siempre cabreado porque has vuelto a perder? ¿Has olvidado el significado de la palabra ganar?  Si la respuesta es afirmativa es posible que te hayas adentrado en un laberinto sin retorno, pero no te asustes, tenemos una receta infalible.

El factor psicológico juega un papel fundamental en todos los deportes de competición tanto individuales como de equipo, aunque sin duda alguna, es menos relevante en este último caso, me explico, un equipo de fútbol que se compone de 11 jugadores puede permitirse el lujo de ganar partidos habiendo uno o dos jugadores en crisis, bien sea de goles o de paradas…

Otros deportes como el tenis en la modalidad individual, requieren un trabajo psicológico importantísimo, ya que una mala dinámica de resultados puede hacernos entrar en un bucle de difícil salida, con la ventaja, eso sí, de depender de uno mismo. En el pádel es más complicado afrontar esta situación, ya que no dependes de un solo jugador, se requiere de los dos en armonía para poder ser competitivos.

Siempre que vamos a jugar un partido de pádel amateur lo hacemos con la ilusión de jugar bien y el convencimiento de ganar, pero no siempre es así. La estadística es muy caprichosa y cada partido es un mundo, sin embargo la combinatoria nos plantea únicamente 4 situaciones posibles:

  • Jugar bien y ganar: Sin duda la situación ideal, la que todos tenemos en la cabeza antes de afrontar cada partido. Vuelves a casa muy contento.
  • Jugar bien y perder: La satisfacción es relativa, ha merecido la pena el dinero y el tiempo invertido pero vuelves a casa algo indignado, probablemente los rivales fueran superiores.
  • Jugar mal y ganar: Rara vez regresaremos a casa disgustados tras una victoria, pero al igual que en el punto 2, la satisfacción es relativa. Suele darse cuando juegas contra rivales de menor entidad, o simplemente rivales que han tenido un mal día.
  • Jugar mal y perder: El peor de los casos, llegas con unas expectativas y no te sale nada de nada. Llegas a casa asqueado. Puede darse el caso de que queramos regresar a la pista rápidamente para redimirnos o que le cojas manía al pádel si la situación se repite en el tiempo.

Cuando metemos la mano en el bombo y sacamos la bola 2 y la 4 constantemente es cuando empiezan los problemas. Nos acostumbramos perder  y de manera inconsciente vamos introduciéndonos en ese bucle de derrotas hasta que acaba por grabarse a fuego en nuestro subconsciente. Esta situación hace que afrontemos cada partido sabiendo que vamos a perder y por mucho que nos esforcemos en el partido, la dinámica negativa termina por aflorar en forma de puntos igualados que caen del lado del rival, bolas que tocan en la cinta y que siempre van en nuestra contra…

¿Y si ahora os dijera que es muy sencillo salir de ese bucle? Pues así es amigos la solución está en nosotros. Quizá no sea lo más divertido, ni lo más motivador, pero funciona, vaya si funciona.

Lo único que tenemos que hacer es jugar contra rivales de menor entidad,  es decir, jugar contra gente a la que tenemos una mayor probabilidad de ganar, y cuando digo ganar no me refiero a dar una paliza, ya que para aburrirse uno ya lo puede hacer en casa.

Esto nos ha funcionado a nivel amateur, Ah… y por favor, que nadie se ofenda con lo de menor entidad, simplemente hay que tener en cuenta que si perdemos tantos partidos seguidos a un determinado nivel, es porque probablemente no estemos a dicho nivel y por tanto debemos bajar el listón, almenos durante un tiempo. Jugar 4 o 5 partidos seguidos contra gente a priori de menor nivel y conseguir un resultado de 5 victorias consecutivas nos permitirá salir del bucle y coger confianza en la victoria. Esa dinámica ganadora será nuestra mejor aliada cuando juguemos contra rivales de nuestro nivel “real” hasta el punto de poder ganar con relativa frecuencia. Los puntos 2 y 4 se convierten en el 1 y el 3 de manera que uno se va a casa más tranquilo, la tranquilidad de la victoria y la cervecita para celebrarlo.

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