¿A quién no le ha pasado verse encerrado por el juego del rival en su rincón de la pista de pádel? Es una situación de la que es complicado salir, pero no imposible.
Cuando el rival nos arrincona en nuestro lado de la pista, lo último que debemos hacer es precipitarnos. Tenemos que aprender a aguantar esa presión del rival y ser capaces de pensar en cada bola la mejor opción, algo que es muy fácil de decir pero muy complicado de hacer.
En este tipo de situaciones, como decíamos, solemos caer en la precipitación. Buscamos un golpe salvador/ganador a la mínima o tiramos de piloto automático en defensa, tirando un globo.
El globo es un gran recurso para sacar al rival de la red, pero lo debemos usar cuando no tengamos un alto riesgo de error. Si el rival nos lanza una bola complicada, nos será muy complicado de controlar el globo y, o bien se nos queda corto y el rival finaliza con un remate, o bien se nos va largo.
Si estamos encerrados en el fondo, lo que debemos hacer es ganar tiempo para encontrar la mejor forma de superar al rival. No tratemos de devolver todos los golpes de primeras, paciencia, deja pasar la bola (siempre que se pueda, claro) y juega con el rebote en las paredes, gana tiempo para posicionarte mejor y elige el mejor golpe.
Lo mismo de primeras te hubiese costado controlarlo pero, tras rebotar en la pared la bola puede quedarnos más cómoda para jugarla, ya sea con un globo profundo o, si queda a buena altura, contraatacando con una bajada de pared.
Un ejercicio del que ya hemos hablado en alguna ocasión es el de situarse con el compañero en el fondo de la pista mientras dos rivales nos juegan bolas desde la red. La condición en este ejercicio es que no se pueden tirar globos, hay que pasar al rival por abajo. De primeras cuesta al no poder usar el globo pero, al no tener este recurso y tener que trabajar otros golpes, vemos las distintas opciones que tenemos para superar al rival.
Si no puedo jugar globo, no queda otra que intentar mover a los rivales hasta que dejen algún hueco, sin necesidad de tenernos que arriesgar con algún golpe inverosímil.
La clave es tener paciencia, ya que es el rival el que lleva la iniciativa y tiene las de ganar. A partir de ahí debemos saber elegir bien el golpe en cada momento y, recuerda, aprovecha las paredes para ganar tiempo y “descansar” del asedio del rival.
*Foto de World Padel Tour