En esta ocasión, os traemos una conversación mantenida con Maxi Grabiel, integrante actualmente de la pareja número 7 del WPT. Uno de los jugadores con una trayectoria más regular del pádel profesional, siempre consiguiendo buenos resultados y ganador de varios torneos del circuito.
elneverazo: Hola, Maxi. Si me lo permites, voy a empezar halagándote… Hay una cosa que destacan de ti los aficionados y los demás jugadores. Desde luego, es algo que a mí me gusta destacar, y es que eres uno de los jugadores más técnicos. Casi todos tus golpes son técnicamente buenos. No hay ninguna carencia a ese nivel en tu juego. A partir de aquí, lo que me gustaría preguntarte es “qué aportas tú con esa variedad de juego a tus parejas?”. Y, por otra parte, ¿qué te aportan ellos? Porque tú has tenido parejas casi de todo tipo.
Maxi Grabiel: A mí, evidentemente, los jugadores que me vienen mejor a mí son los que son potentes, que tienen muy buen remate, como es caso de Ramiro (Moyano), Miguel (Lamperti), cuando jugué con Poggi… En cambio, cuando jugué con Cristian, con el que me llevo muy bien y es como un hermano para mí, no nos fue bien porque los dos somos muy técnicos, ninguno de los dos tenía una gran definición y las cosas no salieron como esperábamos. Pero yo creo que, a parte de la parte técnica, que puedan decir si soy bueno o malo, mi característica principal es tratar de ser inteligente y jugar para mi compañero. Los jugadores de derecha cumplen una función que digamos que no es tan participativa en la definición durante el partido, sobre todo los que somos diestros, como es mi caso. Diferente es el caso de Lima o de Juan Martín (Díaz). Entonces, yo trato jugar de una manera que permita que mi compañero pueda recibir bastantes bolas para pegar. Decir si soy bueno técnicamente o no, es algo que te da más facilidad… Pero yo creo que hay otros que son muy muy buenos técnicamente también. Por eso, creo que mi mayor virtud es esa… Creo que saco bastante jugo a mis compañeros haciendo mi juego, siendo buen compañero, haciendo equipo y pensando en qué puede dar frutos para que juguemos bien. Cuando veo las estadísticas, siempre sale que no gano muchos puntos… Como que no tengo mucha trascendencia en las estadísticas, pero yo sé que dentro de la pista sí que la tengo, porque si Rami gana 20 remates por partido, seguramente yo he trabajado bien la jugada porque siempre la inician por mi lado, que tengo menos remate. Entonces, creo que mi mayor virtud es esa: tratar de acoplarme para sacar el jugo a mi compañero.
EN: Y, a nivel de carácter, ¿qué tipo de compañero crees que te viene mejor? Porque, habiendo tenido tantos, en este momento sabrás a quien buscar para que esa parte funcione y eso también es importante.
MG: Sí, tal cual. Aunque pasa más por tema de congeniar. Porque, al final, con alguno que puede ser buenísimo, te llevás no digamos mal, pero peor o tenés menos afinidad y con otro que, a priori, iba a ser más complicado, tenés una relación excelente… Por ejemplo, yo con Miguel me llevaba fenomenal, y él antes había tenido malas experiencias porque era un poco de “hablar demasiado” dentro de la cancha y yo me llevé fenomenal. Encontré el punto de cuando hablarle y cuando no y, la verdad, fue espectacular la experiencia. No hay un jugador perfecto para jugar. Hay que poner de ambas partes y tratar de que las cosas salgan bien.
EN: Justo después de Lamperti, tuviste la experiencia de jugar con Paquito (Navarro) un poco de rebote…
MG: Sí, de Paquito también dicen que puede tener mucho genio dentro de la cancha y nosotros congeniamos muy bien. Dentro y fuera de la cancha nos llevamos muy bien y, lo mismo que te decía, yo tengo más experiencia que Paquito y me doy cuenta de en qué momento, si no estoy de acuerdo en algo, sé lo puedo decir, y en qué momento me espero 5 minutos para no ir al choque. Hay que poner de ambas partes.
EN: Mira, a raíz de esto que comentabas antes de que las estadísticas no reflejan mucho tu incidencia en el juego, me has recordado que, cuando estabas con Paquito, nosotros teníamos la impresión de que eras más agresivo. Estábamos acostumbrados a verte con Lamperti, y pasaste a ganar más puntos. No sé si es por táctica o porque te “liberaste 4 meses”.
MG: Sí, se dio que con Paquito, él jugó muy bien, yo también jugué bien y las cosas salieron. Por ejemplo, en el torneo pasado, jugamos con Rami contra Pablo (Lima) y Bela, Pablo es de los jugadores que mejor defiende y aún así fue de los partidos en que yo mejor ataqué y gané muchos puntos. Son rachas. Pero bueno, yo no soy tan definitivo con el remate de arriba, fuerte, pero soy más definitivo con la víbora. Pero, ¿qué te cuentan en las estadísticas? Capaz que yo hago una víbora bárbara y el punto lo gana Rami de volea porque quedó fácil… Yo sé que el punto tuvo mérito mío, pero en las estadísticas sale que fue de Rami.
EN: Alguna vez creo que te escuché decir que jugaste de revés…
MG: Sí, de chico jugaba todo el tiempo del revés, hasta que empecé a jugar las previas allá en Argentina, que tenía 16 años y empecé a la derecha porque jugaba con uno que jugaba en el revés y ahí me quedé. Pero bueno, jugué en el revés mucho tiempo y ahora ya, algunas veces he jugado, pero con pádel actual tan rápido, tan potente, que tenés que tener un gran físico, es imposible.
EN: ¿Tú ves que el pádel ha cambiado mucho en todos estos años que llevas en España? ¿Es mucho más físico?
MG: Sí, sí. Además, por más que la pista sea lenta, todos le pegan fuerte ahora, cubren muchísima pista y yo, ya solo por altura, no puedo hacer ese despliegue. Es imposible. Con Cristian, cuando ya las cosas no iban bien, intentamos cambiar y yo jugué de revés y él de derecha, pero era lo mismo. A los dos nos costaba mucho.
EN: Y, cuando cambiaste a jugar con Moyano, ¿cuales eran las expectativas?
MG: Yo tenía mucha fe en Rami porque le conozco desde hace muchos años, además somos familiares, pero uno nunca sabe cómo van a congeniar. Es lo que te decía. Cuando dejé de jugar con Miguel porque tuve una oferta de Cristian, para mí nos iba a ir súper bien, y fue un desastre por parte de los dos. A veces pensás que va a salir bien y no se da. Y, con Rami, también pasaba. Yo tenía mucha fe en él, pero yo venía jugando muy mal después de la experiencia con Cristian y tenía que ver cómo congeniábamos y la verdad es que fenomenal, porque, aparte, tenemos muy buena química dentro y fuera de la pista, que eso al final suma mucho porque es mucho el tiempo que compartís… Y, bueno, las expectativas ahora son muy buenas. Creo que estamos jugando muy bien.
EN: ¿Qué falta para subir un poquito más?¿Tener suerte en los cuadros?
MG: Está claro que la suerte es importante porque, por ejemplo, ahora en este torneo (La Nucía 2.016), si vamos ganando, en cuartos nos cruzaríamos con Bela, Está claro que, sin desmerecer a nadie, no es lo mismo que te toque Bela que otras parejas. Entonces, un poco de suerte es importante. Después, hemos jugado algunos partidos muy buenos, que estuvimos a punto de ganar, como contra Miguel en Valladolid, y se nos escapan por pequeños detalles que, bueno, nos falta una cuota de suerte, jugar un poco mejor algunos puntos importantes… Y ganar esos partidos ajustados.
EN: El proyecto imagino que es a largo plazo, ¿no?
MG: Sí, sí, ojalá. Nosotros hablamos, con Rami, que esa sería la idea. Pero después no sabés que puede pasar si se desarma una pareja de arriba, hay una oferta buena, ya sea para él, para mí… Hoy la idea es seguir porque estamos muy cómodos juntos y vemos que vamos mejorando torneo a torneo, en los entrenamientos…
EN: ¿Piensas que estáis mejor que, por ejemplo, en el Master, dónde conseguisteis vuestro mejor resultado?
MG: En el Master jugamos una barbaridad, pero en el Master no llegamos bien. No veníamos jugando bien. Este año estamos jugando mucho mejor, pero falta eso, que ganemos un partido importante que nos dé esa confianza, ese plus extra que tuvimos en el Master y que te acompaña hasta el resto de la temporada.
EN: En otro orden de cosas, en el punto de tu carrera en el que estás, ¿sigues evolucionando?¿Buscando mejorar?¿Se podría decir en qué?
MG: Sí, lo mío es claro… El juego de cada uno está cantado. Mi juego es más defensivo y de contragolpe y lo que tendría que mejorar es la definición, la potencia de arriba… Que cuesta, pero seguimos trabajando, por más que estamos grandes y todo… Hay que mejorar. Como hablábamos antes, el pádel ha evolucionado un montón y hay jugadores que se han quedado en las cosas que hacían bien antes y, si no vas evolucionando, te pasan por arriba.
EN: ¿Tú crees que a ti la pista lenta te favorece?
MG: No, a mí no me favorece. Todos me dicen “a usted la pista le va mejor para defender”… Pero yo prefiero otra cosa. Porque, al final, ¿qué pasa? Vos jugás en una pista rápida contra Lamperti, por decirte, y hay quien dice “a Lamperti le viene bien la pista rápida porque se la trae de todos lados”. Sí, pero Lamperti en la pista lenta, que no la trae nadie, la trae igual. Entonces, por ejemplo, si mi fuerte es la defensa y en la pista rápida, la mayoría puede defender un poquito pero… Yo defiendo bien igual y hago esa pequeña diferencia, que en la lenta, todos defienden bien. Entonces, se empareja demasiado, y en ataque me cuesta más. Y lo mismo, yo cuento mucho con el juego de Rami, con su potencia, y la rápida le favorece. Entonces, a mí me gusta más la rápida. Acá (en lenta), al final, se iguala y todos defienden bien.
EN: Yo, como espectador, estaría de acuerdo en que antes los puntos se hacían demasiado rápidos, pero quizás habría que encontrar un punto medio.
MG: Sí, por ejemplo, la del Master estaba muy bien. La pista era rápida, pero tampoco era que no se podía tirar un globo. Hay pistas que son más lentas y se hace aburrido para el espectador. Tiene que haber un punto intermedio, pero no es fácil. Porque la pista es igual, pero cambian las condiciones climáticas de dónde juegues… Entonces es difícil encontrar el punto intermedio.
EN: Para acabar, sin desmerecer a ningún escenario, ¿en qué torneo te sientes mejor?
MG: No hay un torneo… Pero, por decirte, te diría que donde me fue mejor fue en Valencia. Pero son casualidades. Se jugó bien… Pero no hay “un lugar”. En Valencia, jugar en el Ágora, era hermoso por el marco de gente, pero era difícil porque el techo era muy alto, había mucho reflejo… Y, así y todo, una final y ganamos dos torneos, o sea que…
EN: Sí, el partido clave ahí yo creo que fueron los cuartos contra Sanyo y Maxi. En el primer set ellos jugaron muy bien y, a partir de ahí, remontasteis y hasta ganar el torneo.
MG: Sí, ahí jugamos muy bien. En ese set ellos nos mataron y después le pudimos dar la vuelta.
EN: ¡Y recuerdo que tenías el reflejo del sol justo en la cara cuando ibas a restar!
MG: Sí, sí. Por eso… No hay un lugar ideal. Hay escenarios que son muy bonitos como el Master por el entorno en que se juega… Pero hay que jugar bien en todas las pistas.
EN: Si quieres añadir algo más…
MG: No, no. Desearles mucha suerte y… ¡que hablen bien de mí! (risas)
EN: ¡Siempre lo hacemos, la verdad! Aunque he de reconocer que, antes del Master, yo tampoco confiaba en que llegarais a semifinales, ¡lo dije y quedé mal!
MG: No, yo tampoco… Tengo anécdota que, cuando nos toca el sorteo… Si bien todas las parejas son difíciles, algunas te vienen mejor, otras peor… Y yo creía que la zona que nos había tocado no venía mejor que la otra. Entonces Cristian, que es un poco “cab..n” y muy amigo mío, delante de todos, me dice: “no ganás un partido en todo el año y te veo que en este llegás a la final”. ¡Y se dio!
EN: (risas) Muchas gracias y mucha suerte.
MG: Gracias y ya repetiremos.