Siempre hablamos de la importancia que tiene una buena elección en el material de pádel para que podamos jugar en las mejores condiciones y, lo más importante, evitando lesiones y jugando cómodos. Pero, inevitablemente, hay “factores” que no podemos controlar, como el estado de la pista, temperatura, iluminación… a los que tenemos que adaptarnos pero, en ocasiones, no deberíamos.
Puedes tener la pala perfecta para ti, un calzado en buen estado y especializado para pádel pero, puede llegar la hora del partido y comprobar que el estado de la pista no se adapta a tu juego, o no te permite jugar de una forma cómoda.
Y es que, como no podía ser de otra forma, la pista de pádel tiene una gran importancia. Lógico, ¿no? En ocasiones nos beneficia por nuestro juego y en ocasiones nos perjudica.
¿Hasta qué punto podemos controlar estos factores externos? Podemos evitar la lluvia, el viento o que el sol te deslumbre cambiando pista outdoor por indoor. Hasta cierto punto podemos elegir.
Unas veces jugaremos en pistas que favorezcan un juego más rápido, donde prime el remate y, en otras ocasiones, un juego más lento.
Dentro de que las condiciones de la pista nos puedan beneficiar o perjudicar a nuestro estilo de juego, lo que esperamos es que la pista esté en buenas condiciones. Si prestamos atención a nuestro material para jugar en condiciones óptimas, lo mismo esperamos de los clubs, hasta que llegas y te encuentras una pista con la moqueta desgastada o con irregularidades, con goteras, red destensada… vamos, en unas condiciones que no es que no sean óptimas para jugar, sino que pueden provocar lesiones.
Cuando te preguntas, ¿qué debería tener un club de pádel? Antes que un bar o cualquier otra cosa, lo primero que debe tener son pistas en condiciones y con un mantenimiento continuo.
No se trata de ser tiquismiquis y quejarse por si el tipo de moqueta permite a la bola botar más o menos. En esos casos, o te adaptas o lanzas la queja preventiva de la derrota. No, se trata de jugar en unas condiciones seguras.
Hay que saber diferenciar entre lo que son unas condiciones desfavorables para nuestro juego de unas condiciones que no se deberían aceptar en una pista de pádel.
Porque, en muchas ocasiones, ya en el peloteo notas que la pista no está en condiciones para jugar, y juegas asumiendo un riesgo que no deberías ni aunque la pista fuera gratis.