El pádel es un deporte que se ha extendido muy rápido en los últimos años y cada vez hay más pistas y jugadores repartidos por todo el país. Si eres uno de los interesados en este deporte debes conocer los riesgos o lesiones que puede conllevar. Por lo general, el pádel es un deporte de impactos, giros y deslizamientos. Esto puede causar algunas molestias en las articulaciones, por lo que primero es importante contar con la equipación adecuada, como unas buenas zapatillas de marcas como Varlion, una de las elegidas por muchos jugadores.
Un aspecto a tener en cuenta es contar con una buena forma física antes de empezar a practicar pádel. Para ello se deben realizar unos entrenamientos que aumenten de intensidad de forma progresiva y no ser demasiado agresivos al principio. Esto te permitirá que el cuerpo y los músculos se vayan acostumbrando a los esfuerzos y la actividad física.
La lesión más común de todas las que pueden surgir jugando al pádel es la epicondilitis. Esto es el llamado “codo de tenista”. Esta lesión se produce por una irritación en los tendones que unen el brazo con el antebrazo, atravesando todo el codo. Esto provoca un dolor en la parte lateral del brazo, que se extiende por toda la zona afectada hasta llegar a la muñeca en muchas ocasiones.
Esto viene causado por la mala realización de algunos golpes o por las vibraciones que se generan al golpear la pelota contra la pala. Aquí también suele influir el peso que tiene la pala, ya que este hará que necesites de un mayor esfuerzo para dirigirla. Para evitarlo existen palas que incluyen tecnologías antivibración creadas especialmente para ello. Esta lesión hace que los jugadores tengan que dejar sus partidos y entrenamientos durante un periodo de tiempo.
Pero en la zona del hombro pueden darse otro tipo de molestias, ya que esta es la zona más común para los dolores causados por el pádel. Una de las más habituales es la tendinitis, que se origina al realizar movimientos rotativos en posiciones que no favorecen el movimiento natural y generan descompensaciones musculares. Esta lesión genera un dolor muy intenso junto a la pérdida de fuerza y limitación de la movilidad. El remate y la bandeja son movimientos que suelen generar esta dolencia. Para recuperarnos de esta lesión será necesario acudir a rehabilitación y fisioterapia.
Por otro lado tenemos la lumbalgia, otra de las más comunes, ya que también la suelen sufrir muchas personas fuera de cualquier tipo de deporte. Es un dolor agudo situado en la parte más baja de la espalda, que debido a la asimetría del pádel puede aparecer. Es causado porque este deporte son comunes los giros y flexiones o torsiones de la columna, por lo que se origina este dolor.
Los esguinces de tobillo también pueden surgir jugando al pádel. Esta lesión se produce al realizar un mal gesto sobre los ligamentos de la articulación o una distensión. Puede tener distintos grados según la distensión de los ligamentos o de la inflamación a la que se haya llegado. Por lo que dependiendo del grado al que se haya llegado, esta lesión obligará al jugador a dejar el pádel por una temporada e incluso a pasar por una rehabilitación.
Otra lesión que podría surgir es la fascitis plantar, una lesión que afecta al talón y la planta del pie. Este problema provoca un fuerte dolor que te impide mover el pie con normalidad y cualquier movimiento como saltar o correr se vuelven difíciles de realizar.
Una de las principales causas es el uso de un calzado poco adecuado o algún tipo de defecto en la pisada del jugador. Lo principal que debemos hacer para evitarlo es contar con unas buenas zapatillas de pádel. Existen zapatillas adaptadas especialmente a este deporte, esencialmente por el tipo de suelo en el que se practica. Para ponerle solución es necesario el uso de plantillas especiales.
Si estás buscando unas zapatillas de pádel adecuadas podrás encontrar las mejores en comercios como Padel Nuestro. Esta tienda cuenta con un amplio catálogo en material de pádel, tanto calzado como palas o complementos. Como has podido observar, el uso de un buen material para los entrenamientos es fundamental para cuidar el cuerpo de cualquier posible lesión.
Ahora bien, si ya has sufrido alguna lesión te recomendamos que antes de volver con los entrenamientos te lo tomes con más calma. Se necesita un tiempo de recuperación antes de poder volver a empezar, y cuando ya puedas, hacerlo poco a poco. Para una buena recuperación no dudes en acudir al especialista que necesites, es importante escuchar a los médicos y seguir bien las indicaciones que nos impongan. Debes dedicarle tiempo a calentar y estirar para que no te vuelva a suceder algo similar.