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En el pádel la teoría está genial para aprender, pero el doctorado nos lo vamos a sacar en la pista. Tienes claros unos conceptos, cómo te debes posicionar en la pista, cómo atacar, cómo defender… hasta que llega ese rival impredecible que te descoloca completamente.

El jugador impredecible en pádel

El jugador impredecible puede serlo por dos cosas, por tener una gran técnica o, precisamente, por todo lo contrario, tener un golpeo poco ortodoxo y una toma de decisiones que nos cuesta mucho leer.

Hay jugadores que ves que son muy buenos desde el primer momento y que, además, tienen esa capacidad para ocultar el golpe hasta el último momento con lo que sueles tener menos tiempo de reacción para afrontar con garantías.

¡Ojo! Que sea impredecible no quiere decir que se juegue todas las bolas, no, hay que diferenciar entre ambos conceptos. Que un jugador impredecible en su juego se juegue, valga la redundacia, muchas bolas puede pasar, pero no es ese el concepto en sí. Un jugador impredecible sabe aprovechar muy bien sus golpes, tiene mucha variedad y suele encontrar fácilmente el hueco.

Pero, como decía, no solo por tener muy buena técnica se puede ser impredecible. Seguro que en más de una ocasión te has puesto a pelotear con el rival y has pensado, “no parece muy allá”. No tiene buena técnica, golpea raro y no parece muy peligroso. El problema es que hay mucha gente, autodidacta, con poca técnica, como lo quieras llamar, que tiene un golpeo raro pero tremendamente efectivo.

Y no es solo que el golpeo sea raro, es que hacen cosas que no siguen la teoría del pádel. Por ejemplo, les tiras un globo pasado y, en vez de dejar que bote en la pared, le dan antes prácticamente de espaldas, y te descolocan totalmente.

jugador imprevisible en pádel

Cómo afrontar un partido contra un jugador imprevisible en pádel

Son dos rivales, pensarás y, más de uno dirá, “pues le tiramos todo al jugador más previsible y, así, no nos complicamos”. Esa es la opción fácil y de ser un poco…ejem. La otra, como siempre, requiere analizar muy bien la situación y tratar de adaptarnos. ¿Va a ser fácil? Para nada, pero son situaciones de las que podemos aprender mucho.

El primer caso, el del jugador muy técnico, es mucho más complicado que el del jugador con golpes poco ortodoxos.

¿Por qué? Porque el jugador con menos técnica te debería sorprender solo en los primeros compases del partido. Al final se trata de un jugador bastante predecible, simplemente que hace cosas de entrada que no te esperas. Lo del globo, la primera vez te puede pillar subiendo a la red a mitad pista pero, si te pilla dos veces es que algo estás haciendo mal.

En ese caso es un tema más de paciencia y no irse del partido en los primeros instantes. Solo tienes que ver qué hace diferente para poder adaptarte a ello. De verdad, es un caso que he visto muchas veces en el que el rival se obceca con que es malo el otro solo por no tener una buena técnica y se ve sorprendido una y otra vez.

Suele ser un rival que lo devuelve todo sin dejar casi que la bola bote. En esos casos, es tan simple como no adelantarse y subir a la red hasta que veas que de verdad la bola le ha sobrepasado. De lo contrario, paciencia, aguanta la posición y comienza de nuevo la jugada. Es más infravalorar al rival por no tener golpes muy ortodoxos y de acelerarnos que de ser un rival imprevisible. Imprevisible lo puede ser en los dos primeros juegos, luego ya sabes lo que hay. Analízalo y adapta tu juego para superarlo.

Jugador con buena técnica

Volvamos al caso más peligroso, el del jugador técnico que nos puede hacer una auténtica sangría si nos descuidamos.

Un buen ataque es la mejor defensa. Dicho así parece muy sencillo, pero aquí está la clave para contrarrestar a este tipo de jugadores.

Y es que, cuando jugamos contra este tipo de jugadores cometemos el error de preguntarnos, “¿cómo lo defendemos?”. Cada vez que ataca nos genera inseguridad en defensa y, consciente o inconscientemente, si estamos en la red, vamos aculando, perdemos la posición y dejamos huecos.

Por ejemplo, la teoría dice que, en la red, si la bola viene del jugador que está en tu paralelo, tú cubres el paralelo y tu compañero el centro, dejando el cruzado “libre”, ya que es el golpe más complicado. Siempre hay variantes, dependiendo exactamente de donde venga la bola del rival pero, en principio, la teoría la conocemos todos.

¿Cuál es problema? Que este tipo de jugador suele castigar el cruzado, haciendo un punto tras otro. Y, ¿qué hacemos nosotros? El que está en el cruzado se abre algo más para taparlo, con lo que el que está en el paralelo se queda indefenso, aunque no me guste meter términos futbolísticos, como si fuera un portero en un penalti, estando en el medio con los dos lados muy fáciles para que el rival defina. Perdemos la posición y dejamos más huecos ya que, ahora no solo puede tirar al cruzado, sino que también tiene hueco por el centro de la pista y el paralelo.

Es un rival que te descoloca cada vez que ataca y hace que te comas la cabeza porque, en principio, tú estabas defendiendo bien, pero te estaba destrozando. Luego ya has perdido la posición y, sí, la has cagado.

Porque ese es el problema. Estás pensando en que has defendido mal, cuando ya estabas vendido antes de defender. El problema ahí no es la defensa, sino más bien el ataque. Si el rival es bueno y le has dejado una bola con la que él se sienta cómodo, te puede hacer perfectamente el punto. La clave es no permitirle que esté cómodo para atacarnos. Tenemos que quitarle la iniciativa porque, si nos ataca, nos la va a liar.

Que en la red es muy bueno, vas a tener que ser más incisivo en tu juego para quitarles la red. Tienes que atacar mejor para no sufrir en defensa.

Tienes que ver si tiene algún punto débil para machacarle con eso. No es cuestión de tirarle todo al compañero para evitar al otro, porque puede ser igual de bueno y porque está feo. Tienes que llevar la iniciativa y hacer daño cuando ataques porque, como dejes una bola fácil, se acabó.

Son rivales que intimidan y acabas pensando que son muy buenos. Sí, lo son, pero se les puede ganar. Tienes que defender muy bien, pero no centrarse solo en eso, porque solo con la defensa no lo vamos a sacar adelante. O les quitas la iniciativa o acabarás perdiendo. Tienes que ser más listo que el rival. Si en ataque es impredecible, fácil, que tenga que defender.

Decirlo es muy fácil, ponerlo en práctica ya es otro tema. Lo sé, pero es importante no conceder demasiado a estos rivales. Caemos en el error de centrarnos exclusivamente en la defensa, cuando deberíamos estar pensando en cómo atacarles, ya que es la única forma de neutralizarlos, porque un buen ataque es la mejor defensa.

*Foto de World Padel Tour

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