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En la variedad está el gusto, dice el refrán. En nuestros partidos de pádel, solemos abusar de los golpes que mejor se nos dan. Esto no es nada malo, al contrario, es algo normal. Lo raro sería abusar de los golpes que no controlas. No deja de ser un tema interesante en ciertos aspectos a tratar en otro artículo, pero hoy quería hablar más sobre la previsibilidad en cuanto al destino del golpeo más que al golpe en sí.

¿Qué quiero decir con esto? Partiendo de la base que los golpes que vamos a usar mayormente son aquellos que consideremos que son nuestro punto fuerte, es cierto que también solemos abusar del punto a donde tiramos, lo cual, si nuestro rival tiene dos dedos de frente, hará que nos volvamos previsibles y facilitará el posicionamiento y devolución de la bola por parte del rival.

Es algo que pasa, tanto desde el saque hasta el remate, pasando por voleas o golpes de fondo de pista.

Por ejemplo, puede que tengas un buen saque, pero también puede que te sientas cómodo buscando siempre el rebote contra la pared, o buscando constantemente la T. En los primeros saques, si tu rival no te conoce, es muy posible que le sorprendas o, más que sorprender, le hagas daño con tu golpeo.

El problema viene cuando va avanzando el partido, los rivales te van conociendo un poco más y ya saben lo que vas a hacer. Si les tiras el saque siempre al mismo sitio, o son muy malos y no se fijan en el juego del rival, o te terminarán devolviendo los saques con mucha facilidad.

Pongamos que hablamos ya de jugadores que saben lo que hacen en una pista de pádel. Ya saben leer los partidos, se fijan en los inicios cómo juega el rival y en sus puntos fuertes y débiles. Hablamos de jugadores que se adaptan a las situaciones de los partidos.

A un tipo de jugador así, no puedes hacerle siempre la misma jugada. Para hacer un juego repetitivo, tienes que ser muy bueno, y el rival no tanto. No hablo tampoco de empezar a jugar a lo loco, sino a variar la dirección de tus golpes para que los rivales no estén cómodos y se tengan que mover constantemente para complicarles la devolución de la bola.

Jugar a lo loco lo dejaremos para otras situaciones de partido, como cuando no funciona el jugar ordenado porque tus rivales son mejores en eso y toman la iniciativa. Ahí sí que necesitas un poco de locura, pero eso lo veremos en otro tema.

Aquí se trata por comenzar a variar direcciones. El tema del golpe a elegir también depende mucho de la situación del partido, y de tu situación en pista. Hay veces que solo puedes hacer un golpe, o que la elección idónea del golpe sea solo una. Pero sí podemos elegir dónde tirar la bola.

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Si siempre buscas con tu bandeja la pared lateral o el rincón del mismo jugador, al final te vuelves previsible. El rival siempre va a estar esperando la bola ahí. Si varías entre buscar el rincón y el centro de la pista, ya provocas que el rival tenga que estar atento en todo momento y también tenga que entrar en juego su compañero. Lo mismo pasa con voleas, víboras y restos de golpes. De lo que se trata es que el rival no se sienta cómodo en pista y no se pueda adelantar a nuestros golpes y nos robe la iniciativa.

Para esto hace falta un trabajo previo en pareja. Claro, si empezáis a cambiar la dirección de los golpeos, también debéis corregir vuestra posición en pista. Hace falta estar coordinados y hacer cambios de dirección más o menos coherentes. Tampoco vayas a tirar de repente al rincón de un rival y el siguiente golpe lo vayas a tirar al rincón del otro rival, salvo que sea porque este haya salido de su posición y veas ahí un golpe ganador, no vaya a ser que al que sorprenda sea a tu compañero.

En el caso del remate, hablaríamos más de elegir entre pegarle o amagar, para evitar que los rivales suban siempre a la red a por el rechace o se queden atrás. Hay que buscar que el rival nunca se confíe, un jugador imprevisible es un jugador peligroso.

Al final está todo conectado. Muchas veces nos centramos en mejorar la técnica para mejorar nuestro juego, cuando es algo que haríamos trabajando el apartado táctico, que es el gran olvidado en ciertos niveles.

Como decían los Monty Python en Los Caballeros de la Mesa Cuadrada “¡Violemos a sus caballos y huyamos en sus mujeres! ¡Eso les confundirá!”.

*Foto de World Padel Tour

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