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Sí, amiguitos y amiguitas, normalmente, en un partido suele ser el rival el que te cae fatal y cada vez que te cruzas con tu compañero te dedicas a rajar en plan “¿Has visto al gilip***s este? Se está rifando un pelotazo y tiene todos los números”. Pero no siempre es el rival con el que no hay feeling, porque a veces el idilio se acaba y te preguntas, “¿Por qué mi pareja de pádel ya no me quiere como antes?”.

Advertencia

Este artículo es un relato de humor. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Ninguna pareja de pádel ha sufrido daño alguno al escribir este artículo.

Comienza el idilio en la pareja de pádel 

Comienzas a jugar con una pareja de pádel que normalmente suele ser un amigo. Os lleváis bien y a los dos  os apasiona el pádel. ¿Qué más se puede pedir? Bueno, por pedir se puede pedir que, o bien sea zurdo, o bien se adapte sin problemas a cualquier lado de la pista.

Si los dos queréis jugar en el mismo lado, asumidlo, esa pareja está abocada al fracaso desde el primer momento y es mejor buscarse a otro, aunque duela, antes de que uno de los dos se tenga que aguantar en un lado donde no se siente cómodo.

Si se alinean todos los astros y resulta que sois compatibles en pista, al principio es todo maravilloso. Todo es buen rollo, os animáis constantemente, si perdéis un partido no pasa nada, además de que después del partido os quedáis a tomar algo y echaros unas risas.

Aparecen los primeros roces en la pareja de pádel

 

Y es que el roce hace el cariño, pero hasta cierto punto. Cuando ya se llevan muchos partidos con la misma pareja siempre acaban apareciendo diferencias. Lo que al principio se perdonaba, se empieza a reprochar, que si esa bola era tuya, que si tenías que haber subido a la red antes, que si no aprietas una p*ta bola… en fin, que se acabó el amor.

Para que una pareja de padel funcione se necesita una buena comunicación tanto dentro como fuera de la pista. En el momento en que dejamos de comunicarnos la cosa sólo puede ir de mal en peor, ya no os cantáis las bolas que se van fuera, ni la posición del rival, como mucho recibes un gruñido.

Entonces es cuando la cosa va de mal en peor. La situación es insostenible y al mínimo fallo comienzan los reproches, las malas caras y aspavientos. Y los rivales que no son tontos, algunos…, lo ven y entonces es cuando se dicen “¡¡¡este!!! ¡¡¡rompemos aquí!!! bolas al centro y que se maten entre ellos” y es así, cuando os dejáis de comunicar cada uno hace la guerra por su cuenta, no hay orden en la pista y lo mismo los dos vais a por la misma bola que no va ninguno. Vamos, un desastre total.

Foto de World Padel Tour - ¿Por qué mi pareja de pádel no me quiere como antes?

En esos momentos te preguntas, ¿cómo hemos llegado a esta situación? Ahí es cuando recuerdas algún posible indicio como aquella vez en la que le dijiste a tu compañero “vuelve a invadir mi campo y te estampo la pala en la cabeza” o “te mueves menos que los ojos de Espinete”. Oye, pues lo mismo le sentó mal.

Cada vez que tu compañero saca, notas su mirada en el cogote, ¡ay, si las miradas matasen! Ya no os habláis ni os miráis a los ojos y ni chocáis la mano después de un punto.

Y es que en el pádel no hay nada peor que no chocarla…como diría Peter Griffin “Esto es peor que acostarse con un rinoceronte que ya no te quiere”.

Siempre nos quedará París… o no

Antes de pasar a mayores, la única solución es separarse, al menos durante un tiempo. Al fin y al cabo sois amigos y no vais a dejar que el pádel afecte a vuestra amistad.

Sí, es duro, pero mejor hacerlo ahora que aún estáis a tiempo antes de que empiecen los reproches como “mira qué bien juegan esos, ya podrías aprender de ellos” “¡ah, sí! ¿Pues por qué no te vas a jugar con ellos?” “¡Pues lo mismo lo hago!” “¿Y a qué esperas?” “Pues mira cómo voy a decírselo” “Pues genial” “Pues adiós” “¡Pues que te j***n!” “¡Que te j***n a ti” “Pues a ti más” “Pues… ¡rebota, rebota y en tu culo explota!”

Foto de World Padel Tour - ¿Por qué mi pareja de pádel no me quiere como antes?

Y tampoco es bueno hablar de pádel con él, por lo menos mientras las heridas no cicatricen, porque entonces es cuando te viene y te dice “ayer gané de paliza” y tú en lo único que puedes pensar es ” ¡¡¡serás hijo de p…, si conmigo no ganabas ni por w.o.!!!”.

*Fotos de World Padel Tour

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