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Ya sea tu compañero habitual o puntual, durante un partido hay que ir “a muerte” con esa persona. A veces parece que lo olvidemos, haciendo la guerra cada uno por su cuenta pero, sin tu compañero, no vas a ganar.

Ya no solo en cuanto a la compenetración o comunicación. Es necesario jugar compenetrados con nuestro compañero, jugando cada bola de forma que, si el rival la devuelve, no quede vendido. Sobre la comunicación lo mismo, tenemos que ser capaces de mantener una conversación continua para corregir errores en el juego o modificar sobre la marcha lo que no funciona. Eso, en principio, todos deberíamos tenerlo claro a estas alturas pero, hay otras cosas… que parece que no tenemos tan claras.

Hay situaciones donde nuestro compañero, así como a nosotros nos pasa, que necesitará apoyo. Bien por no pasar por su mejor día, bien porque el rival le esté cargando el juego o bien por estar jugando con algún problema físico… toca echarle una mano para recuperarlo para la causa.

Si no está jugando bien, no va a ayudar que se lo estés recordando cada 2×3, pongas caras o hagas aspavientos. Buscamos sumar, no restar.

En esos momentos, además de mandarle un mensaje positivo, darle algún consejo, que no lecciones, y animarle, debemos tratar de adaptar nuestro juego para ayudarle a recuperar la confianza o quitarle la presión de encima.

No se trata de “como él no da una invado cada vez más su campo y le doy yo a todo”, no, con eso solo conseguiríamos hundir más a nuestro compañero. Lo que sí puedes hacer es hablar con él para ver si quiere que vayas a por alguna bola en concreto o invadas su campo en alguna determinada situación.

Si está pasando un mal momento porque está fallando demasiado, además de animarle, trata de trabajarle los puntos para que le lleguen bolas más fáciles.

En esos momentos tienes que apretar más de la cuenta y hacer un mayor desgaste para no dejar jugar cómodo al rival y se cebe con tu compañero. Tú debes ser el que tire de la pareja y debes dar un paso al frente.

Por supuesto, paciencia con tu compañero. Todos hemos estado ahí en más de una y de diez ocasiones. Lo último que necesita son malas caras caras o reproche de su compañero. ¿A que en esas situaciones te gustaría que tu compañero te apoyara?

*Foto de World Padel Tour

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