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Para muchos septiembre significa que se acabaron las vacaciones. Vuelta a casa, al cole, a la universidad, al trabajo, vuelta a los madrugones, a los atascos, al estrés… vuelta a la rutina.

Seamos realistas, ¿a quién le apetece volver a la rutina? Pero, mirémoslo por el lado positivo, también llega el momento de volver a las pistas de pádel después de un tiempo de inactividad. Ese oasis que nos permite desconectar después de una jornada intensa de trabajo, lo que nos permite afrontar los lunes con ganas porque sabemos que por la noche toca partido, ¡nuestra salvación!

Como si del primer día de colegio se tratara, te engalanas con tus mejores ropas, desempolvas tus zapatillas, la pala, el paletero, incluso alguno con suerte puede que estrene material. ¡Sí! Como un niño con zapatos nuevos en la vuelta al cole, es un buen momento para cambiar esas zapatillas a las que no les queda suelas o esa pala que ya se te queda corta para tu nivel o nunca llegó a ser la adecuada para tu estilo de juego.

Y como un niño te pones a mirar palas, zapatillas y demás. Pero, ¡ojo! No hagas como cuando eras un niño y elegías las libretas solo por el color o esas zapatillas porque tenían una luz en la parte trasera. Sí, esa pala es muy bonita pero, ¿es la que necesitas? Si tu pala simplemente está para cambiar, pero te iba bien, elige una que tenga características similares, si buscas progresar, busca una pala que potencie tus cualidades y pueda ayudarte en esos aspectos de juego en los que flojeas. Si te cuesta defender, no acabes con una pala demasiado técnica con la que te cueste aún más hacerlo. Se trata de encontrar una pala que se adapte a nosotros y no al revés.

Por ejemplo, hace unos meses hablábamos de la última colección de palas de StarVie en el que hacíamos un ranking, y no de mejor a peor. A fin de cuentas, lo que para unos es mejor, para otros no, es cuestión de gustos. Se trata de encontrar lo que mejor se adapte a nosotros. ¿Qué busco? Una pala más manejable, una pala equilibrada, una pala más potente… Lee, compara, prueba y elige. Lo mismo para zapatillas e, incluso paletero. No te quedes con uno solo porque sea bonito, mira primero sus características y elige en función de lo que necesites.

Si te interesa la comparativa que hicimos, la puedes ver en el siguiente enlace.

Una vez hayas renovado tu vestuario, toca volver a la pista pensando que ya ni te acuerdas de cómo agarrar la pala, pero esto es como montar en bici, después de tirar dos o tres bolas fuera de la pista sin botar en el suelo te vas reenganchando. Es el primer partido desde hace tiempo y, aunque no estés en las mejores condiciones físicas, no quieres que acabe. Te vas arrastrando casi por la pista pero te ha vuelto a picar el gusanillo del pádel y lo último que te apetece ver es a la gente que se acerca a la puerta de la pista para echarte porque ya te has pasado cinco minutos de tu hora y les toca jugar a ellos.

Sales de la pista con ganas de más, miras a ver si ha quedado alguna pista libre y jugar algunos juegos hasta que echen de allí… pero luego aún te queda ¡el postpartido! Ese rato que te quedas tomando algo con tus amigos o compañeros de partido mientras os desahogáis de alguna jugada o recordáis un punto que habéis hecho y, de paso, recordar lo bien que estabas de vacaciones… ¡aunque no había pádel!

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